jueves, 16 de julio de 2015

Porque soy demasiado emocional

Porque soy demasiado emocional me he casi enamorado de ti, y de tus ojos grandes, y de tus labios carnosos, y de tus piernas deliciosas. Porque no pude contener eso que late dentro de mi, que, como a todos latinos, nos quema, nos incendia, nos abrasa. Porque no pude dejar, como tu bien me dijiste, de ponerte atencion, y de escuchar tus burlas y leer entre lineas lo que tu y tu interior me querian comunicar, y de preguntarte y tratar de entenderte, lejos de esa impersonalidad a la que tan acostumbrada te tienen estos europeos, entre bromas, quejas honestas, celos mal o bien disfrazados, caricias emocionales, burlas infantiles y juguetonas, y bueno, todo esto que soy.

Me enamore de ti porque a pesar de que llevas el sexo como escudo, como moneda de cambio, y porque usas tu cinismo para escabullirte, y escondes, al menos en lo consciente, tus secretos y tus debilidades, pude ver que estabas confundida, y te sentias abandonada, no querida, no valorada, al lado de alguien que, acostumbrado y necesitado a tener la atencion toda para si, subyugando a personas que necesitan admirar a alguien mas, te ignora, pasa delante de ti, como si le estuvieras garantizada por los siglos de los siglos.

Me enamore de ti porque mis enamoramientos paulatinos del momento eran bastante debiles, aunque yo les creia fuertes, al lado tuyo. Porque les faltaba temperamento, les faltaba sensualidad, les faltaba juego, les faltaba picante, les faltaba fantasia, alegoria. Eran enamoramientos demasiado tranquilos, demasiado serenos, en los que, en vez de arder y de vivir en un grito de alegria, me sentia cobijado por el mero hecho de sentirme mas tranquilo, menos solo, menos abandonado.

Pero al fin y al cabo la dependencia que tienes en el te encandena de una forma absurda, ridicula, una que apenas puedo ver ahora, despues de todo, despues de nuestros besos, y de nuestras desnudeces parciales, casi involuntarias (del alma y del cuerpo). Una dependencia que te sacude y te llama y te sujeta horriblemente, entre experiencias profundamente deseadas, infligidas, y otras no deseadas, rechazadas, abrumadoras. Sientes que tienes que estar a su lado, porque eso no se pasa con otros, solo que pasa con algunos. Si tan solo pudieras tomar distancia, y darte cuenta de que ese sueno creado por tus amigas inexpertas, por tus amigos pasivos que le admiran, por tu madre que, demasiado joven, no alcanza a leer en el fondo de ti, y que se maravilla de el, en su pasaporte, es lo que te somete, lo que te presiona, lo que te impide liberarte, a ti, para ser toda tu, con tus propios pecados, con tus propios pensamientos.

Pero quizas no sea asi. Porque en Polonia las relaciones duran mas que en Alemania o en Republica Checa. Yo diria que, en realidad, demasiado: porque como la gente de tu pais, seguiras atada a el, en una relacion que siempre termina pero nunca termina, que te lastima, que te lacera como si fuera un cadena que te sujeta los brazos, y en que a cada movimiento te roza, te lastima, te abre la piel y sangras. Seguiras, asi, quizas los proximos ocho anos, mientras esperas que las cosas cambien, mientras tienes amantes de cuando en cuando, para sentirte dichosa, para sentir alivio, o tengas hijos, para volcarte en ellos, en la familia, dejandole a el de lado, con su egotismo, con su incapacidad nata de voltear hacia los demas.

Y yo quisiera haberte conocido en ese instante no ahora. Asi como otras tantas veces les he confesado a otras a las que he deseado, a otras que me han enamorado: anoro habete conocido en algun pasado tuyo, yo, asi, te digo ahora a ti, quisiera haberte conocido en algun dia de tu porvenir, cuando, estuvieras libre de este tipo de influencias, cuando estuvieras lista para entender que una relacion no debe durar ni un minuto mas de lo que es.

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