jueves, 30 de julio de 2015

Lees, por curiosidad tormentosa.

Lees entonces, por curiosidad tormentosa, por necedad y casi por paranoia, lo que un ex novio suyo redacta, tan cerca del sol, tan cerca de él con lo emocional: poesía barata, poesía adolescente, poesía mal encarnada, poesía pretenciosa pero que apela a ser una poesía urbana, y por tanto, casi como Coelho, es popular, mucho.

Te da asco. Aunque te da envidia que alguien lo intente, porque tú, tú, no tienes talento para la poesía. Ya. Sí, porque no te sale, y no lo intentas. Pero te confunde: esperarías que alguien que intenta, que no se rinde en escribir poesía, te inspire, te emocione en sus intentos que no dejan de claudicar. Mas, al mismo tiempo, su pretensión, las ganas de hacerse popular, de ver que pone demasiado de sí, demasiado, en sus intentos (Oscar Wilde se revolcaría en su tumba, poeta que te haces famoso de un corazón roto, o peor, un corazón que se inventa escenarios y se los cree en el escenario).


No hay comentarios:

Publicar un comentario