martes, 26 de enero de 2016

Qué es lo que hay realmente en ti?

Pero, a pesar de todo, y al final del día, qué es lo que realmente hay en ti? Es que sencillamente le adoras y le amas, sin duda alguna de por medio, pero hay una parte tuya que transpira la lujuria inconteniblemente, que te hace tan débil a pecar, y ello te hace desear y engañar, aunque tras los placeres vengan los remordimientos y la culpa? Es que sencillamente le amas, pero piensas que, una vez los dos unidos para siempre y por siempre y hasta que la muerte los separe, nunca más podrás siquiera disfrutar el mero toque de los labios de otros hombres?

Dime, querida, qué es lo que pasa verdaderamente en ti, y cuéntamelo con detalle. Dime si acaso ya no lo quieres, y lo has dejado de querer hace ya un año o poco más, pero que sigues con él, porque quizás, yo no lo sé, su familia es rica, o alguno de sus familiares tiene buenas conexiones. O quizás cuéntame que él se ha hecho rico últimamente, que ha obtenido un excelente empleo, que está subiendo como la espuma en la jerarquía de la empresa, y no quieres desprenderte de todo ello, simplemente pragmática, meramente económico el asunto.

O es que, quizás, querida, ya no le quieres, ya no le adoras, pero te sientes más grande a su lado, por asociación, porque todos los que te importan parecen venerarle y verle como un Prometeo, y que hay traído lo mejor de su país a tu pequeña ciudad. Es que quizás es tanta el deseo que arranca en tus amigas de toda la vida, es tanta la admiración de tu familia por él, y son tantas las evocaciones que causa su patria entre los amigos de tus amigos, que sientas que tendrás un menor valor ante todo este público si acaso lo perdieras?

Qué sé yo: probablemente, en realidad, te queda claro que no le quieres, que no lo amas, pero estás tan perdida en tu miedo a estar sola, y te da tanto miedo el separarte y que ello haga que se resquebraje tu vida, porque todos se divierten ante su presencia, mientras tú le detestas, y porque tus papás lo adoran, y su familia te adora también. Tal vez porque estás acostumbrada a sus defectos y a sus berrinches, y porque no te imaginas sentirte desolada de nuevo, como las veces anteriores, cuando separación te llega. Porque sientes que, con lo que representa el tiempo juntos, echarlo de ti sería tirar a la basura años completos de esperanzas y de sueños y de dolores pacientemente, inútilmente soportados.

No sé. A veces me imagino que, sencillamente, es la inercia de la vida, la inercia de la idea de estar con alguien, de estar con él, enamorada de la idea de casarse en sí, y vivir con alguien y tener, más que crear, una vida juntos y comprar un piso entre los dos, y viajar un poco a veces, y tener a alguien a tu lado con quien no construir, sino tener, una familia, y que sea él alguien que sea meramente un compañero ameno en tu camino?

Y a veces, sencillamente pienso que no tengo la menor jodida idea de qué pasa en ti. A veces, creo, sencillamente, que no te conozco, y que me muestras una versión ridículamente falsa de ti, y que eres otra en verdad. A veces creo que ni eres blanca, ni eres negra, si eres una santa, ni un demonio. Ni eres una mártir, como tampoco juegas al verdugo. A veces pienso que sencillamente te desconozco absolutamente.