lunes, 5 de septiembre de 2016

Sueño que beso a una mujer joven, que se parece a ti

Sueño que beso a una mujer joven, que se parece a ti. Sí, la he conocido hace poco, y aunque no tiene tu nariz grande, ni tus ojos grandes y azules, ni tus labios gruesos, me hace evocarte. Sí, por que tiene el cabello oscuro, y tiene tu misma estatura, y tiene un cuerpo delicioso como el tuyo: fuerte, atlético, con caderas amplias, espectaculares.

Sueño que la veo, la noche después de salir con ella, y que sus labios no se sienten bien. Sueño que me siento incómodo a su lado, con sus labios en los míos, en esa proximidad que ha aparecido de pronto, de la nada. Quisiera separarme de ella, pero siento que sería poco cortés, así que me quedo, allí a su lado, tan cerca, mientras pienso en tus besos.

Sí, no te tengo, pero incluso en mis sueños con otras te me apareces. Y es que, quizás, en el fondo es bastante lógico: me gusta ella tanto por que me hace recordarte. Y es lógico, entonces, que sus besos sean comparados con los tuyos, con lo que sentí en ese entonces. Ella no besa mal, no: sencillamente no es tú, tú, tú, tú.

Despierto, sencillamente, con ligera melancolía, que ha nacido allí, en mi sueño, en mi pesadilla de anoche, y el día gris me parece una natural extensión de mi mundo nocturno. Y reviso mis notas y veo un mensaje de tu parte que me dice: tú y yo no seremos ni siquiera amigos. Estoy feliz, así, sin ti, como nunca.

Lo único que me pregunto ahora -a diferencia de veces pasadas, en las que me preguntaba qué pasaba en ti, por qué esos cambios de humor, por que esas ideas contradictorias, esos deseos tan caóticos-, es, sencillamente, ésta: por qué causa verdadera me he enamorado de ti?