Sabía, de alguna manera, que esto podría ser un camino complicado. Eso nunca lo reproché, al menos no a ti (aunque lo hice, te lo confieso, un par de veces, hacia mí mismo). Más de una vez me dijiste, hace tiempo ya, que "tú debes saber ya mi situación".
Lo verdaderamente complicado sería aceptar que, a diferencia de tus palabras en el pasado, en las que me pedías que no me fuera, pidiéndomelo, esta vez, sencillamente, el pedirme que me vaya sea realmente eso, sin mensajes entre líneas, ocultos, presa del miedo.
Sencillamente, no sé si estoy preocupado para aceptar que un día, como hoy, como quizás uno en una o dos semanas, me digas que sencillamente me has dejado de necesitar - total, honestamente.