Porque soy demasiado emocional me enamoré de ti. Porque sabía que todo estaba en tu contra para enamorarme, al mismo tiempo que todo estaba a favor para acostarme contigo, una, dos, o cinco veces. Porque me confié, pensando que tus constantes recordatorios de que no me relacionara contigo en lo personal eran exagerados, innecesarios, casi ofensivos.
Porque pensé que eras demasiado joven a mi lado, y que, como en otros casos, en mi vida, estar con mujeres con novio me garantizaba no enamorarme, y que debía preocuparme más para evitar que te enamoraras tú. Y pensar, ahora, que incluso, cuando me dijiste que tu novio había leído algunos de nuestros mensajes, y que tenías problemas, entré en pánico al pensar que te podría él dejar, y que eso haría que te echaras irremediablemente a mis pies, a mis brazos, deshecha, necesitada de atención y de consuelo.
Ya demasiado tarde me doy cuenta de que nunca debí haberme enamorado de ti, de ti, que aunque con todo lo que eres y lo que no eres, al final del día, tienes tantos fantasmas que te rodean, que te persiguen, y pecados que no te has perdonado, y placeres que no te has perdonado haber disfrutado, y errores que marcan todo lo que haces.
Y me digo que, una vez que me desangre, que te eche de mi persona, de mi vida, de mis tardes, espero, de verdad, ser mas juicioso, y menos estúpido, y que la vez próxima, usaré al menos a la moralidad de escudo para no estar olfateando donde no debo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario